sábado, 17 de mayo de 2008

Charles Baudelaire

¡Ay los vicios humanos! Son ellos los que contienen la prueba de nuestro amor por el infinito.

Lo bello es siempre raro. Lo que no es ligeramente deforme presenta un aspecto inservible.

Comprendo que se deserte de una causa para saber lo que se experimenta sirviendo a otra. Quizá sería dulce ser víctima y ejecutor alternativamente.

El ser más prostituido es el ser por excelencia: Dios, puesto que es el amigo supremo de cada individuo, puesto que es el depòsito común, inagotable de amor

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