¡Qué confusión, qué dicha, qué dolor!
El recurso a esta figura retórica es muy frecuente en la poesía mística y en la poesía amorosa, por considerarse que la experiencia de Dios o del amor trasciende todas las antinomias mundanas.
¿Estás dispuest@ a pagar el precio?
Hace 13 horas
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